¿Te suena familiar?
- Sabes cuánto vendes, pero no si realmente estás ganando.
- Cada mes sientes que trabajas más, pero ves menos dinero.
- Tienes datos por todos lados y nada que te dé claridad.
- No sabes si puedes invertir, subir precios o descansar sin culpa.
- Abres tus hojas de cálculo… y terminas con más dudas que respuestas.
